miércoles, 30 de mayo de 2012

BLOQUE II


PROBLEMAS FILOSÓFICOS CONTEMPORÁNEOS
CRISIS DE LA EXISTENCIA
El Existencialismo es una de las corrientes que más ha influido en el pensamiento filosófico del siglo XX. Su importancia es comparable con la del Marxismo o la del Empirismo lógico. Pero a diferencia del Marxismo (corriente filosófica cuyo interés se centra en cuestiones de tipo histórico y social), o del Empirismo lógico, (enfocado principalmente a la ciencia), el Existencialismo tomó como su objeto de estudio más importante al ser humano. Sin embargo, el hecho de que esta corriente filosófica tenga un definido interés hacia un objeto de estudio bien determinado, no significa que sea una filosofía simple que ofrece respuestas sencillas acerca del hombre. Por el contrario, el Existencialismo presenta una gran riqueza de aspectos, además de abarcar a muchos y diferentes filósofos.
Por estas circunstancias, intentaremos ofrecer solamente algunos de los temas más importantes tratados por algunos filósofos representativos del Existencialismo. Considera que el enfoque que damos al Existencialismo pretende sólo acercarte a esta corriente; se trata más de una presentación que de una introducción.

CARACTERIZACIÓN DEL EXISTENCIALISMO
Hay diferentes maneras de caracterizar una corriente filosófica. Por ejemplo, se puede indicar la época y las circunstancias históricas en que surgió; también es posible señalar algunos de los temas con los que se relaciona y, por último, se puede exponer el método que emplea para investigar sus temas. En los párrafos que siguen intentaremos, en una y otra medida, una caracterización del Existencialismo de acuerdo con los puntos de vista anteriores.
Si ampliamos el significado del término Existencialismo- quizá un poco abusivamente- de modo que abarque todas las filosofías preocupadas por el tema de la existencia, entonces sería necesario remontarnos hasta la Filosofía griega, durante la época de los sofistas y Sócrates o a la Filosofía helenística, durante el florecimiento de las filosofías de los estoicos, escépticos y cínicos. Sin embargo, a pesar de que hay puntos de interés coincidentes entre las filosofías mencionadas y el Existencialismo, estrictamente hablando sólo podemos denominar existencialista a una filosofía que, tratando los temas relativos a la existencia del hombre, sea posterior al filósofo danés Sören Kierkegaard, cuya filosofía estudiaremos párrafos adelante.
Por el momento basta señalar la relación que existe, por un lado, entre el Estoicismo y Escepticismo de la Antigüedad y el Existencialismo ateo; y por otro lado, entre la Filosofía de San Agustín, sobre todo en su obra Las Confesiones, y el Existencialismo cristiano. Más adelante, también nos referiremos a esta clasificación del Existencialismo ateo y del cristiano.                                

a) Orígenes del Existencialismo
Aunque no es posible fecha con precisión el surgimiento de una corriente filosófica, estudiosos de la historia de la Filosofía aceptan que el término “existencialismo” comenzó a ser aplicado, aproximadamente desde 1930, a un grupo de filosofías o direcciones filosóficas cuyo rasgo común era el análisis de la existencia humana. Así entendido, el Existencialismo fue una actividad filosófica que surgió en los años treinta y que floreció durante los decenios de los años cuarenta y cincuenta. Pero no hay que olvidar el hecho de que algunas de las obras más famosas de esta corriente habían sido escritas antes de tales fechas. Es el caso, por citar solamente un ejemplo, de El ser y el tiempo, del filósofo alemán Martín Heidegger, publicada en 1927.
El Existencialismo no es la única corriente filosófica que ha estudiado el tema de la existencia. Otras filosofías lo han hecho desde la Antigüedad. No obstante, lo más correcto es reservar el término “existencialismo” para el conjunto de filosofías que, a partir de Kierkegaard, abordan el tema de la existencia humana desde un peculiar punto de vista, el cual comentaremos a continuación.
Para el Existencialismo, el concepto de “existencia” refiere “el modo de ser propio del hombre en cuanto es un modo de ser en el mundo, es decir, en una situación determinada.”(Abbagnano, Nicola: Diccionario de filosofía). Un aspecto de gran importancia que debemos mencionar es que el Existencialismo considera que tal modo específico de se del hombre puede ser analizado “en términos de posibilidad”.
El hombre, según el Existencialismo, se encuentra en relación con el mundo, lo que quiere decir que se relaciona con las cosas y con los demás hombres. Pero esta relación del hombre con el mundo no es una relación necesaria, es decir, no es una relación que forzosamente tenga que darse de determinada manera.
Por el contrario, el hombre puede (y de aquí surge el término “posibilidad”) elegir libremente el modo en que se relaciona con las cosas y con los demás hombres. Esta posibilidad de elegir libremente constituye el tema central del Existencialismo. Tan es así que se puede decir que el tema de la libertad humana es el tema que interesa a todos los filósofos existencialistas que es lo que los une dentro de esta corriente filosófica.
Ahora sabes que el existencialismo tiene especial interés por al libertad humana. Los filósofos mismos participan del problema de diferentes maneras, a saber cuando un filosofo toma el punto de vista del espectador para realizar su trabajo filosófico, es la imagen de quien, no participa de aquello que observa o estudia, y se muestra satisfecho cuando ha logrado solucionar sus problemas de manera teórica, es decir cuando llega a una explicación satisfactoria.
Pero hay el filósofo que toma el punto de vista del actor y que no se conforma con explicaciones meramente intelectuales o con construcción de una teoría. Es de tipo de filosofo resuelve los problemas que le interesan ejecutando su capacidad de libre elección. Por ello es imposible que se retire de sus problemas y tome la actitud impersonal del analista y del espectador. Su interés no consiste en satisfacer una curiosidad intelectual sino encontrar una respuesta que pueda aplicar en su vida personal. Es un actor en su filosofía.
El tema que más interesa al Existencialismo es el de la libertad humana. Los filósofos existencialistas estudian el hecho de que el hombre, al relacionarse con las cosas y los demás hombres, ejerce su libertad. Es decir, estudian el hecho de que el hombre elige, en cada situación particular, tanto lo que va a hacer como lo que va a ser.
Por lo que hemos visto, la libertad humana es el tema central del Existencialismo. Sin embargo, otras filosofías han estado interesadas, también, en el tema de la libertad.

Cuál es, entonces, el aspecto que diferencia al Existencialismo, si otras filosofías tratan también el mismo tema? La respuesta está en que las demás filosofías tienen un interés más bien teórico. Es decir, están más interesadas en aclarar el significado del concepto “libertad” que en estudiar las implicaciones prácticas de la libertad. El interés del Existencialismo por la libertad humana, por el contrario, es de tipo práctico. No sólo explora el significado de dicho término, sino que trata de demostrar a los hombres que son libres.
El Existencialismo pretende proporcionar un conocimiento que sirva de base para la acción. No se trata sólo de que la gente advierta o conozca que es libre, sino que de hecho pueda realizar acciones guiadas por su libertad. El Existencialismo afirma que el hombre tiene la libertad de elegir su propio ser. Como consecuencia de las elecciones que va realizando, el hombre llega a ser lo que él ha elegido ser.
El hombre nunca queda definido o determinado rígidamente; siempre tiene a su alcance la posibilidad de ser otra cosa. Con toda su importancia, el tema de la libertad humana es sólo uno de los muchos temas que trata el Existencialismo.

SÖREN -KIERKEGAARD
En Sören Kierkegaard (1813-1855) no sólo encontramos uno de los ejemplos más claros del tipo de filósofo que toma el punto de vista del actor. Encontramos también una intima relación entre su vida y su filosofía. En las etapas biográficas de Kierkegaard encontramos un completo paralelismo con la filosofía. Las principales etapas de su vida fueron tres, y en su filosofía también encontramos tres modos de existencia que, según él, son los modos de existencia posible para el ser humano. Nos acercaremos primero, a algunos aspectos de la vida de Kierkegaard.
Cuando niño, fue influido poderosamente por la religión de su padre- de la cual se dice que era severa y sombría, y a la vez causante de los más profundos sentimientos de pecado y culpa. Al llegar a la juventud, Kierkegaard se alejó de esta influencia y procuró aprender todo lo posible acerca del mundo, a la vez que buscó disfrutar de todos aquellos aspectos placenteros, sobre todo sensoriales de la vida. Esta etapa juvenil es la primera de importancia en su desarrollo biográfico. En 1836, se lleva a cabo en él una conversión de carácter moral. A partir de esta fecha Kierkegaard intenta llevar una vida regida estrictamente por reglas morales de pretendida validez universal.
Ésta es la segunda etapa de importancia en su vida. Por fin, en 1838 Kierkegaard se convierte al Cristianismo. Desde este modo, llega a la tercer etapa de su vida. Como veremos a continuación, cada una de estas etapas, en la biografía de Kierkegaard, tiene un correspondiente lugar en su filosofía.
De acuerdo con Kierkegaard, hay tres modos posibles de la existencia humana. Estos son: el modo de la existencia estética, que corresponde a su etapa juvenil; el modo de la existencia ética, correspondiente a la etapa de su conversión moral; y el modo de existencia de la fe, que corresponde a la etapa de su conversión al Cristianismo. A continuación conoceremos sucesivamente estos tres modos de existencia.

a) La existencia estética.
El modo de la existencia estética está guiado por la satisfacción de los sentidos. El hombre que sigue este modo de existencia busca alcanzar el mayor número de satisfacciones de tipo sensual y mundano. El personaje que para Kierkegaard encarna las cualidades características de este modo de existencia es Don Juan. En este modo de existencia, el hombre da mayor importancia a los deseos y necesidades de la carne.

El hombre estético no toma en cuenta para su conducta las ordenanzas establecidas, ya sean sociales o religiosas. Las normas que rigen su actuación son impuestas por él mismo, pero siempre cuidando que le sirvan para alcanzar el fin último de su vida que es satisfacer inmediatamente su sensualidad.
Pero el modo de vida de la existencia estética pronto va a agotarlo a sí mismo. La búsqueda de los placeres sensuales pronto llega a sus límites, debido a que los goces y satisfacciones son incompletos y repetitivos. Nunca se alcanza una satisfacción completa, ya que cuando se cree haber satisfecho un deseo surge otro, igual o más imperioso, que exige un nuevo y diferente objeto para volver a alcanzar la satisfacción.
El hombre que cae en esta continua búsqueda va a mostrarse también continuamente inquieto, sin alcanzar estabilidad en su vida. De igual manera, el hombre estético carece de dominio sobre sí mismo. No es él, quien como él mismo pudiera pensar, domina o gobierna al mundo y sus placeres; son más bien éstos quienes lo controlan y lo convierten en un esclavo condenado a buscar interminablemente el placer.
Lo peor de esta condena es que aquello que se busca, la satisfacción completa, sólo se alcanza de manera momentánea y fugaz. La satisfacción nunca permanece, se disipa con rapidez dejando al hombre estético nuevamente insatisfecho.
El hombre que había abrazado este modo de vida, en el inicio pudo sentir que éste era el modo de existencia más libre. Sin embargo, al final descubre que es el modo de existencia más esclavizante, el que hace al hombre más dependiente. Como resultado de esto surge en el hombre un intenso sentimiento de angustia. Kierkegaard considera que la angustia es la que domina en todas las relaciones del hombre con el mundo. Este sentimiento se caracteriza como una especie de temor. Pero no se trata de un temor a algún objeto, persona o situación determinada: es un temor de algo no preciso que se experimenta ante las múltiples posibilidades que se le presentan al hombre.
A la vez se da cuenta de que las posibilidades de su vida, interminables, imprevisibles e incontrolables destruyen todas sus expectativas humanas, no podrán de ninguna manera prever su futuro. Sus habilidades para controlar su vida serán inútiles, ya que los resultados de sus acciones estarán siempre dominados por el azar, las situaciones inesperadas, las posibilidades que nunca se tomaron en cuenta. Frente a este angustioso callejón sin salida, el hombre estético buscará un escape en el siguiente modo de existencia, el ético.

b) La existencia ética.
En el modo de existencia ética el hombre trata de realizar algo que le era imposible en la etapa estética. Lo que no podía lograr era que su existencia fuera permanente y estable. Ahora estará al alcance de su mano esta estabilidad. Pero, ¿por qué puede lograr este estado de permanencia? Para responder a esta pregunta hay que recordar la etapa anterior.
Al considerar la etapa estética, vimos cómo el hombre se enfrenta al mundo exterior, ya que en el modo de enfrentarlo le parecía que alcanzaba total libertad. Finalmente, el hombre estético advierte que su existencia depende más del mundo que de sí mismo. Se da cuenta que no es él quien tiene control de la situación, sino que es el mundo el que tiene poder para controlarlo. Como resultado, acepta pasivamente los dictados del mundo.
Frente a este problema, al hombre estético no le queda sino una salida. Ya no empleará esta vez los impulsos sensuales, estéticos, como medio para relacionarse y enfrentarse con el mundo; cambiará su modo de existencia, y en ésta va a intentar actuar de acuerdo con la razón.
El actuar de manera racional lo conduce a realizar actos elegidos libremente y a hacer todo lo posible por seguir siempre los dictados de las normas o reglas morales.

De aquí el nombre de este modo de existencia: “ética”. Al seguir las normas morales, el hombre estético espera liberarse y apropiarse nuevamente de su autodeterminación, la cual había desparecido al perder el control en su vida estética.
En el modo de existencia ética, ya no es la sensualidad o la búsqueda de placer lo que va a guiar la conducta del hombre. Ahora es la voluntad la que guía sus acciones. Este modo de existencia Kierkegaard lo ejemplifica con el matrimonio. ¿Por qué con el matrimonio? Porque es una institución social en la cual el contrayente se compromete a ser fiel a la promesa dada a la otra persona. Esta voluntad de fidelidad proporciona cierta garantía de permanencia, en contraste con el vertiginoso y constante cambio que caracterizaba el modo de existencia estético.
La búsqueda de la permanencia y de la estabilidad garantiza que los actos comunes tengan unidad y sentido y que no se dispersen en un movimiento sin finalidad alguna. Pero hay un precio que pagar por esta permanencia. Es la posibilidad del aburrimiento, el tedio, el riesgo de que las acciones se vuelvan rutinarias, mecanizadas y echen a bajo la satisfacción que este modo de existencia proporciona. Además, el sujeto siente que hay todavía una norma de conducta exterior a él, la cual lo mantiene atado y coarta su libertad.
Sobre el hombre se abaten nuevamente sentimientos de angustia y desesperación. Este último sentimiento es el que caracteriza las relaciones consigo mismo. El hombre llega a encontrarse en la desesperación porque busca incesantemente una posibilidad tras otra o, también porque sus posibilidades se agotan y ya no le restan para el futuro opciones viables. Esto lo obliga a buscar el siguiente modo de existencia, el de la fe.

c) La existencia de la fe
Para comprender este tercer modo de existencia será de gran ayuda atender al ejemplo que propone Kierkegaard: Abraham, el personaje bíblico. De acuerdo con la Biblia, Abraham escucha directamente la voz de Dios quien le pide que él mismo sacrifique a su hijo. Este acto es del todo reprobable desde el punto de vista de las leyes humanas, y que los hombres detestarían cometer.
Abraham actúa de manera poco ética; se oculta de su mujer, finge frente a su sirviente y engaña a su hijo. Abraham procede así porque no es un sentimiento de fidelidad a las normas éticas lo que guía su acción. Es motivo a realizar esa acción porque tiene fe en que la voz que oyó es la de Dios. Su acción no está de acuerdo con la ética humana, pero sí con su fe en Dios, pues Él ha dado directamente la orden. Sin embargo la responsabilidad del acto recae solamente en Abraham, quien, sin que haya una regla externa que lo obligue a ello, elige realizar esa acción. La angustia se vuelve a apoderar del hombre. Pero no es la ausencia de la angustia lo que hace del hombre alguien que libremente elige: Abraham, a pesar de sentirse angustiado es movido por su fe de actuar.
Es decir, es un sentimiento totalmente personal, subjetivo, no impuesto externamente a él; la fe define a su acción como algo que él elige libre y auténticamente en su existencia. En el modo de la existencia de la fe el hombre alcanza una existencia auténtica que no depende de coerciones exteriores. No es el placer, ni la regla moral, lo que lo obliga a actuar. Él elige, personalmente, realizar sus acciones. Aunque no va alcanzar reposo, porque en este modo de existencia la seguridad que se tiene nunca es absoluta, y ésta, además, es una seguridad dominada por la paradoja. En este último sentimiento parece contradicciones que no se pueden resolver utilizando sólo la razón.


GABRIEL MARCEL
Lo primero que podemos decir del francés Gabriel Marcel (1889-1973) es que se trata de un filósofo personal, con lo cual no queremos decir que tenga como propósito definir la persona humana o aclarar el concepto de ella. Marcel reflexiona a partir de su experiencia personal, ya que esta experiencia tiene para él singular importancia y significado. Podemos afirmar que trata problemas en los cuales se siente personalmente involucrado. Por esto en su filosofía se encuentra una firme creencia en el valor y significado de las relaciones personales.
Existen varias denominaciones que han intentado definir a este filósofo, algunas de las cuales él mismo rechazó, como la de “existencialismo católico”. Él sugirió el término de nuevo sacratismo, aclarando que para él lo importante era la actitud de pregunta y de diálogo, y no tanto la de poner todo en duda. Pero sea cual sea el nombre que le queremos dar a su filosofía, lo cierto es que ésta ha sido producida como una etapa más dentro del proceso de su desarrollo personal. El interés de Marcel por los aspectos de la persona implica también un interés por la existencia humana, de aquí la justificación para incluirlo dentro de la corriente filosófica del Existencialismo.
De entre los muchos temas de la filosofía de Gabriel Marcel, tomaremos sólo uno de los más importantes, el de la distinción entre misterio y problema. Para entender esta distinción, es necesario hacer referencia al concepto de Marcel respecto al mundo: un “mundo roto”, el cual es descrito como un mundo funcionalizado. ¿Qué significa este último término? Significa que el hombre está dividido en una diversidad de funciones. Por ejemplo el hombre es un ciudadano, alumno, miembro de una familia, empleado de una empresa, obrero de una fábrica, etc. Con cada una de las funciones anteriores se tiende a identificar a los seres humanos. Al reducir toda la riqueza de un ser humano a la función social, familiar o productiva que realiza, se le convierte en un mero fragmento desvitalizado al que le falta la característica de vida completa. Esto facilita que la sociedad humana se reduzca a una mera colectividad de seres aislados que desempeñan una sola función.
En el mundo así descrito surgen problemas, entre los cuales, los de la tecnología son un claro ejemplo. Los problemas son advertidos por la generalidad de la gente. Los que permanecen ocultos son los que Marcel llama “misterios”. Estos no se advierten en el mundo contemporáneo porque ellos se refieren a la persona, y en un “mundo roto” la persona se ha reducido a un individuo fragmentario.
Hagamos ahora la distinción entre problema y “misterio”. Frente a un problema, quien se lo plantea no se involucra en él, permanece tan distanciado que lo puede resolver de la manera más objetiva. Por ejemplo, en un problema matemático la distinción entre el sujeto (quien se plantea el problema) y el objeto (el problema mismo), permanece bien definida y sin borrarse nunca. La separación ente el sujeto y su problema es tal que incluso una máquina puede resolverlo. Lo que hace falta para solucionar un problema es meramente la aplicación de una técnica o método universales y distantemente objetivos.
En contraste con lo anterior, un “misterio” exige que el filósofo, mientras reflexiona, logre captar cuál es el sentido de la información que tiene a su alcance. El amor, la esperanza y el yo, por ejemplo, no son problemas sino “misterios”.
Marcel no considera el “misterio” de la manera en que lo hacen los teólogos católicos, como indicando verdades reveladas por Dios que no pueden ser probada por el uso exclusivo de la razón y que van más allá de la comprensión humana. Para Marcel, un misterio es algo que involucra todo el ser de quien se enfrenta con él; algo que sólo se puede pensar si se borra la distinción entre lo que está dentro del sujeto y lo que está frente a él.

JEAN PAUL SARTRE
El tema principal de la filosofía de Jean-Paul Sartre es, sin duda alguna, el ser humano. Pero su obra es muy extensa y abarca gran número de temas. En los párrafos que siguen sólo intentaremos presentar una pequeña serie de temas que nos aproximarán a ella.
A Sartre le interesa “esta totalidad que es el hombre en situación”. Ya hemos visto, al caracterizar al Existencialismo que al decir que el hombre se encuentra en situación; se está dando a entender que se encuentra en el mundo y en relación con éste. Sartre aborda el tema de la relación del hombre con el mundo, aunque él la caracteriza más bien como la relación del hombre con el ser.
Sartre estudia al hombre en la medida en que éste se encuentra dentro del mundo, es decir, en el ser, rodeado de la realidad material. Pero el hombre no se reduce a su propia materia. Por ejemplo, el hombre no se reduce a su propio cuerpo. El hombre es para Sartre, antes que todo, conciencia. Dicho de otra manera, lo que caracteriza al hombre no es ocupar un lugar en el espacio, estar hecho de materia, sino estar consciente de lo que lo realiza. En la filosofía de Sartre los términos “conciencia y “hombre” son casi sinónimos.
La conciencia que el hombre tiene de las cosas no lo separa o aleja del mundo. Por el contrario, para comprender al hombre siempre será una condición indispensable estudiarlo en situaciones concretas, cuando él actúa en el mundo y sobre la realidad material. Sartre se adhiere a la afirmación filosófica que sostiene que la conciencia es siempre conciencia de algo. Por esta razón, la conciencia no existe sino en el mundo y no hay cosa tal como el hombre aislado dentro de sí e incapaz de relacionarse con el mundo. Esto implica que todo lo que el hombre pueda o quiera conocer está fuera de él mismo, y que la manera en que va a conocerse a sí mismo es en relación con las cosas y con los demás hombres, no encerrándose en sí mismo o aislándose del mundo.
De modo parecido a como la conciencia es siempre conciencia de algo, la conducta humana es también siempre conducta del hombre en el mundo. Así, al estudiar esta conducta será posible conocer al hombre, al mundo y a la relación entre ambos. Sartre estudia algunas conductas que lo llevan al conocimiento de ciertos caracteres fundamentales del ser humano. Por ejemplo, el estudio de la interrogación, la negación, la angustia, lleva a la comprensión de la conciencia; el estudio de la náusea conduce al conocimiento de la existencia del hombre, sobre todo en su dimensión corporal; y el estudio de la vergüenza es el medio de advertir y saber de la existencia de otros hombres.
Consideramos ahora una importante distinción en la filosofía de Sartre, la que hay entre el ser-para-sí y el ser-en-sí. Empecemos por éste último. El ser-en-sí, dicho de manera muy resumida, está formado por los objetos carentes de conciencia. El ser-en-sí es totalmente independiente del hecho de que se tenga o no conciencia de él. Se puede pensar en él en-sí como algo que está “cerrado sobre sí mismo”.
Anthony Flew en su Diccionario de Filosofía nos da la siguiente definición del ser-en-sí: “Corresponde a grandes rasgos al ser de un objeto inerte, completo y fijo, que no expresa ninguna relación, ya sea consigo mismo o con cualquier cosa fuera de él. El increado, sin razón para ser, y absolutamente contingente.”
Por otro lado, el concepto del ser-para-sí sirve para caracterizar al ser consiente: “El ser para-sí, el ser humano o la conciencia, es fluido, caracterizado por la falta de una estructura determinada, por la apertura hacia el futuro, y por su potencialidad”. Con lo anterior se nos dice que el ser del hombre no está determinado, y que puede ser otra cosa de lo que es; en suma, que es libre. Esto nos conduce al tema que trataremos muy brevemente: la libertad.


La Filosofía de Sartre puede caracterizarse como un pensamiento humanista. Y el fundamento de este humanismo es el concepto de libertad. ¿En qué consiste esta libertad? En que el hombre es el único que adopta las reglas o leyes que ha de seguir en su conducta. Consiste también en que, en el hombre, todas sus actitudes surgen de acciones libres. Para Sartre, el hombre no es primero y sólo después es libre. En el hombre ser y ser libres son simultáneos; de hecho, afirmar una y otra cosa significa lo mismo.
El hombre es libre siempre y por completo. No puede darse el caso de que la libertad se alterne con la ausencia de ella. Esto lo afirma Sartre en su obra El ser y la nada: “el hombre no podría ser unas veces libre y otras veces esclavo: es por entero y para siempre libre o no lo es”. La identidad entre hombre y libertad conduce a la conclusión de que todos los hombres comparten una igualdad fundamental. Como lo dice Sartre en la obra antes mencionada: “un hombre no puede ser más hombre que otros, porque la libertad es semejantemente infinita en cada uno.”
Por lo que hemos visto, la libertad no debe pensarse como una cualidad que se adhiera pasivamente a un ser también pasivo. La libertad sólo se puede definir correctamente si se le considera como algo en continuo movimiento. Esto se pone de relieve cuando captamos que la esencia del hombre es problemática, lo que quiere decir que el hombre puede ser siempre otra cosa. La esencia del hombre no está determinada fijamente. Está siempre en un continuo proceso de transformación. Podemos decir que el hombre va constituyendo su esencia de acuerdo con sus modos de elegir, personales y libres.



PROBLEMAS FILOSÓFICOS CONTEMPORÁNEOS


CRISIS DE LA EXISTENCIA (ACTIVIDAD)
Como actividad complementaria al contenido temático ya visto, a continuación encontrarás una serie de preguntas. Te invitamos a que las respondas brevemente y de manera reflexiva.

1. Lee con atención el siguiente párrafo y responde las preguntas que se te plantean al término del mismo.
El Existencialismo ateo, del cual soy un representante, declara con la mayor consistencia que si Dios no existe hay al menos un ser cuya existencia viene antes que su esencia, un ser que existe antes de que pueda ser definido por cualquier concepción de él. Tal ser es el hombre o, en términos de Heidegger, la realidad humana. ¿Qué queremos dar a entender al decir que la existencia precede a la esencia? Queremos dar a entender que el hombre, primero que todo, existe, surge en el mundo, se encuentra a sí mismo y posteriormente se define a sí mismo. Si el hombre, tal y como lo ve el existencialista no es definible, es porque, para empezar, él es nada. El no será cosa alguna sino hasta más tarde, y entonces él será lo que él haya hecho de sí mismo. De este modo, no hay naturaleza humana, porque no hay Dios para tener una concepción de ella. El hombre simplemente es. No que él simplemente es lo que él mismo concibe ser, sino que él es lo que desea, y cómo él se concibe a sí mismo después de ya existir, cómo él desea ser después de ese salto hacia la existencia. El hombre no es nada más sino aquello que él hace de sí mismo. Este es el primer principio del Existencialismo. (Fragmento de la obra El existencialismo es un humanismo de Jean-Paul Sartre.)

a) ¿Cuál crees que es la diferencia entre la existencia humana y la esencia humana?

b) ¿Por qué crees que se afirma que en el hombre la existencia es anterior a la esencia?

2. El fragmento que leerás a continuación son las opiniones de un personaje literario creado por Kierkegaard. Este personaje asiste a un banquete y ahí pronuncia las siguientes palabras:
“Requiero ahora la más rica abundancia de todo aquello en lo que podemos pensar. Aunque no todo esté de hecho presente, la posibilidad de ello, lo cual es más seductor que lo que se puede ver, debe estar inmediatamente al alcance de la mano, agitándose sobre la mesa. Lo que yo requiero es difícil de satisfacer, porque la comida en sí misma debe estar calculada para despertar e incitar ese deseo inexpresable que cada miembro de los asistentes que se precia debe traer consigo. Requiero que los frutos de la tierra estén a nuestro servicio, como si todo germinara en el preciso instante en que el apetito lo deseara.

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PROBLEMAS FILOSÓFICOS CONTEMPORÁNEOS

Requiero una iluminación más voluptuosa que la de los gnomos cuando levantan la montaña sobre columnas y danzan en un mar de fuego. Requiero aquello que más excita los sentidos; requiero esa deliciosa cualidad refrescante de los perfumes que es más gloriosa que cualquier cosa de Las mil y una noches. Requiero una frialdad que voluptuosamente encienda el deseo, y que entonces apacigüe el deseo ya satisfecho. Requiero la animación incesante de una fuente. Si Mecenas no podía dormir sin escuchar el chapoteo de una fuente, yo no puedo comer sin ese sonido. Requiero un conjunto de sirvientes, bien escogidos y de aspecto agradable, como si estuviera sentado a la mesa de los dioses; requiero música de cámara, intensa y modulada, y requiero que en cada instante esa música me acompañe.”
(Kierkegaard: Etapas en el camino de la vida.)
a) A continuación explica por qué el personaje que pronuncia estas palabras puede ubicarse dentro del modo de existencia estético.

b) Haz una lista de aquellas expresiones que indican aspectos sensuales, sensoriales y placenteros.

c) Explica por qué un banquete pude ser un símbolo de la vida y por qué los requisitos del personaje pueden definir un modo de existencia.

3. Lee el siguiente fragmento y contesta las preguntas correspondientes.
La paradoja de la fe estriba en el hecho de que el individuo está situado por encima de lo general. O dicho de otra forma, esa paradoja consiste en que el individuo determina su relación con lo general en virtud de su relación previa con lo absoluto y no al revés, su relación con lo absoluto en virtud de su relación anterior con lo general. La misma paradoja puede formularse también diciendo que existe un deber absoluto para con Dios, porque en este deber el individuo, en cuanto tal, se relaciona absolutamente con lo absoluto. Si tal deber es absoluto, la ética queda rebajada al plano de lo relativo. Lo que no significa en modo alguno que la ética tenga que ser abolida, sino simplemente que se formula de una manera diversa dentro de los términos peculiares de la paradoja, de tal suerte que, por ejemplo, el amor hacia Dios puede conducir al caballero de la fe a que exprese su amor al prójimo de una forma contraria a lo que es considerado, desde el punto de vista habitual de la estricta ética, como el deber en ese caso particular.
(Kierkegaard: Temor y temblor.)

a) ¿Qué es lo que Kierkegaard considera más importante, la fe o la ética? Justifica tu respuesta:

b) ¿Por qué crees que sea importante que el hombre capte la relación que hay entre los tres modos de existencia?

4. Lee el siguiente párrafo y responde las preguntas que aparecen al final del mismo
Partimos de la cuestión ¿qué soy yo?, Que nos llevó a inquirir por la relación entre mi ser, como mi modo de existencia, y lo que llamo ‘mi cuero’. Traté de mostrar a propósito de la posesión y la relación instrumental que, cuando se trata de imaginar una relación exterior entre mi cuerpo y yo, invariablemente se llega a una contradicción... Esto me condujo negativamente a afirmar que soy mi cuerpo. Pero vimos también que esa fórmula es ambigua y que no debemos tomarla en el sentido que le daría cualquier materialismo.


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PROBLEMAS FILOSÓFICOS CONTEMPORÁNEOS

 Soy mi cuerpo en tanto significa un tipo de realidad esencialmente misterioso que no se deja reducir a las determinaciones que presenta como objeto, por completas que sean. Recordemos el sentido preciso que doy a la palabra objeto. El cuerpo es objeto en cuanto se puede conocer científicamente, también porque se presta a un conjunto de técnicas que van desde la higiene a la cirugía.
(Gabriel Marcel: El misterio del ser.)

a) La relación de cada persona con su cuerpo, ¿es un problema o un “misterio?" Justifica tu respuesta.

b) ¿Qué aspectos del cuerpo crees que puedan ser tratados exclusivamente como problemas?

c) ¿Cuál es la idea fundamental de Jean Paul Sartre?

d) ¿Qué aportaciones hizo Sartre a la filosofía?



PROBLEMAS FILOSÓFICOS CONTEMPORÁNEOS


EL INDIVIDUO ALIENADO
El Materialismo Histórico
Esta teoría de la historia que consecuentemente desarrolla los principios filosóficos del Materialismo Dialéctico. ¿Por qué se llama Materialismo a esta interpretación de la Historia y problemática social humana? Veámoslo a continuación: Marx y Engels en 1844 establecieron:
El modo como los hombres producen sus medios de vida depende, ante todo, de la naturaleza misma de los medios de vida con que se encuentran y que se trata de reproducir.
Este modo de producción no debe considerarse solamente en cuanto es la reproducción de la existencia física de los individuos. Es ya, más bien, la actividad de estos individuos, un determinado modo de manifestar su vida, un determinado modo de vida de los mismos. Tal y como los individuos manifiestan su vida, así son. Lo que son coincide, por consiguiente, con su producción, tanto con los que producen como con el modo como lo producen. Lo que los individuos son depende, por tanto, de las condiciones materiales de su producción.
Con estos supuestos Marx y Engels iniciaron una interpretación materialista de la Historia, de la sociedad y del ser humano, misma que posteriormente fue denominada Materialismo Histórico.
Individual y socialmente los seres humanos establecemos muchos y diferentes tipos de relaciones: políticas, deportivas, amistosas, pedagógicas, sexuales, culturales, artísticas y económicas, entre otras. Pues bien, para el marxismo las relaciones más importantes y fundamentales en nuestra vida son las relaciones materiales de producción de bienes de subsistencia. De esta manera, lo básico y primero para nosotros es asegurar materialmente nuestra vida en sentido biológico; y como un segundo interés entran nuestras otras relaciones o inquietudes sociales: primero nuestra existencia biológico-material, y luego “lo que queramos”, ya sea política, arte, cultura, etc. Es decir, la determinación material es primero y en segundo lugar cualquier desarrollo espiritual.
Todas las manifestaciones del espíritu humano a través de la Historia y sociedad han dependido primero, directa y materialmente de nuestra existencia material. Por eso es un Materialismo Histórico, porque funda nuestra espiritualidad cultural, social e histórica en nuestra materia biológica. Digamos que toda línea evolutiva comenzó con la materia, y en su desarrollo creó la materia orgánica, luego las diferentes especies de seres vivos y al Homo sapiens, y con él al ser humano con su sociedad y su historia, de modo que en el origen y base del espíritu- sociedad e Historia – está la materia y sus leyes que además nos siguen determinando, por ello es un Materialismo Histórico.

Las clases sociales
Los seres humanos podemos producir nuestros bienes de subsistencia individualmente, pero en sentido estricto, es imposible que nos realicemos como seres humanos en forma individual. Esto quiere decir que sólo por defecto ocasional producimos y subsistimos individualmente, porque en realidad nuestra naturaleza social de seres que requieren y necesitan de los otros, nos pone en situación de producir y crear, no individual sino socialmente. En realidad, para producir y subsistir humana y cabalmente necesitamos hacerlo en sociedad. Nos vemos, pues, forzados a establecer con otros relaciones sociales de producción de bienes de subsistencia, para buscar así una plena realización humana. Al establecer esas relaciones sociales de producción, lo primero que encontramos es una división o distribución social del trabajo; por ejemplo, la distribución sexual de las actividades laborales entre hombres y mujeres.
De esta distribución o división social del trabajo surgen diferentes clases o grupos de personas, según sea la posición que ocupen en el proceso de producción de bienes de subsistencia material. Es decir, nos vamos, queramos o no, separando en clases sociales conforme al puesto o función laboral que socialmente ocupemos en las relaciones de producción.
Según el Materialismo Histórico, surgen dos grandes grupos o clases sociales: explotados y explotadores, oprimidos y opresores, mismos que se han transformado a través de la Historia. En el modo de producción esclavista de la antigüedad eran esclavos y amos; en el feudal, siervos y señores, y en el modo de producción capitalista industrializado proletariado y burguesía.
Proletariado y burguesía son las dos grandes clases sociales que surgieron y se desarrollaron a escala mundial en la época moderna y la actual. Ahora bien, estas dos grandes clases sociales tienen sus estratos de clase. El proletariado está constituido por todos los asalariados de diferentes tipos: campesinos, jornaleros, obrero industrial moderno, empleado de oficina, empleados académicos (maestros), choferes, etc.; la burguesía, igualmente tiene sus estratos: banqueros, industriales, terratenientes, comerciantes, jerarcas políticos, etc., además de que existe la grande y pequeña burguesía.
También existe lo que Marx y Engels denominan el ejercito industrial de reserva: los desempleados, y un gran sector de la población que no pertenece estrictamente a ninguna clase social porque no está incorporada activamente en las relaciones de producción, aunque directamente dependan para su subsistencia de alguna de las dos clases principales, tal es el caso de los niños, ancianos y estudiantes que no trabajan ni son asalariados.
Por otra parte, existe un sector más de la población que proviene de la “descomposición” social de la burguesía y el proletariado; ellos forman el lumpen-proletariado y está integrado por “marginados”, “incoercibles”, delincuentes, drogadictos, y demás gente que el modo de producción capitalista califica como gente “improductiva”.

La alienación económica e ideológica
Etimológicamente, la palabra alienación proviene del latín, alienatio, que significa cesión, enajenación; alieno, que significa ceder a otro, enajenar. En el Marxismo este término se aplica a los asalariados que ceden, en razón del derecho burgués, y en ese sentido se dice que los trabajadores asalariados están o que son alienados (enajenados) primero en lo económico y                                                                               luego en lo ideológico. En las sociedades capitalistas, divididas como están en dos clases: un proletariado explotado y una burguesía minoritaria nacional o internacional, los explotados viven enajenados, alienados tanto en un sentido material económico como en un sentido espiritual o ideológico.


La enajenación económica consiste en el hecho de que todo trabajador asalariado es despojado del producto de su trabajo y sólo se le paga una parte de ese producto, a través de lo que se conoce como salario, es decir, que el producto de su trabajo vale mucho más de lo que el trabajador recibe como salario; la diferencia, que es la mayor parte, se le queda al burgués, en calidad de “ganancia” o plusvalía.

Por qué esto es enajenación? Porque natural y humanamente el producto del trabajo es y pertenece a aquel que lo elaboró proyectando en él su humanidad (energía, sentimientos, inteligencia, tiempo, creatividad, etc.); pero eso que humana y naturalmente es suyo, le es despojado por el “patrón” burgués, dueño del medio de producción y que la alquiló como asalariado. Con ello, el trabajador ve (y va) a su trabajo como algo que lo deshumaniza. Con el trabajo enajenado, el trabajador ve al trabajo y su producto como su enemigo que se personaliza en el individuo que funge como patrón.

Con el paso del tiempo la enajenación económica convierte al trabajador en un ser cada vez más deshumanizado que psicológicamente se va “como embruteciendo”, alienando, “como animalizando”, es decir, que se va perpetuando en su enajenación económica la cual repercute en el plano de lo espiritual.

La enajenación ideológica surge de la misma enajenación económica, que es fundamental. Así como el burgués se apropia materialmente del producto del trabajo del proletario, también lo hace de su mente, de su modo de pensar, de su sistema de valores y su visión del mundo, y le impone, al trabajador (en la lucha de clases económica e ideológica), su propia ideología burguesa. Le impone una manera de pensar y de interpretar el mundo, la que conviene a los intereses de la clase dominante; es decir, la propia ideología burguesa, básicamente a través de las formas ideológicas más puras, como son la religión, la moral y el derecho burgueses. Por ello, alguna vez Marx dijo que la religión es el opio de los pueblos, y que la moral tenderá a desaparecer cuando desaparezcan las relaciones de producción por explotación.

La alineación o enajenación en cualquiera de sus variantes da como resultado la deshumanización de la persona humana. Da como resultado esa gran masa de seres humanos insensibilizados y carentes de auténtica conciencia de clases, que arrastran una vida de trabajadores explotados (“con o sin corbata”, “con o sin maquillaje”) peleados con su trabajo. Porque el suyo ya no es el trabajo fecundo y creador que los humaniza y los libera, sino el instrumento de su explotación, opresión y deshumanización.

Revolución proletaria

Ante esa situación de explotación, alineación y deshumanización, ¿Qué queda a las masas proletarias explotadas? ¿Qué es lo que queda a esa mujer, a ese hombre masa enajenado que ha sido no cultivado como persona humana y trabajadora, sino denigrado como individuo “productivo” de ganancia y plusvalía económica e ideológica para la burguesía que le oprime? Ante estas interrogantes, y conforme al Materialismo Histórico, sólo quedan dos caminos:

a) Perpetuar la opresión de masas, olvidándose de continuar el proceso histórico que apunta, según la Dialéctica, hacia la superación de la burguesía por el proletariado; abandonarse en la falsa conciencia, en la enajenación de masas; dar “rienda suelta” al egoísmo e individualismo burgués, y con ello retardar el proceso histórico dialéctico de la humanidad.

b) ¡Proletarios de todos los países, Unidos!”, Es la consigna político-social de Carlos Marx y Federico Engels. El proletariado mundial debe cobrar conciencia de clase, destruir la falsa conciencia ideológica impuesta por la burguesía, organizar el partido político de los trabajadores, el partido comunista y arrebatar por la vía de la violencia el poder social y económico a la burguesía. Destruir violentamente el Estado burgués. Los proletarios deben cobrar conciencia de clase y de su función en el curso del proceso histórico dialéctico, para preparar y hacer la revolución proletaria, la revolución de los trabajadores, e iniciar el proceso de la verdadera historia de la humanidad, en la cual ya no habrá explotados y explotadores, el hombre ya no será lobo del hombre. Hacer la revolución de los trabajadores y reconstruir el Socialismo y el Comunismo es la tarea.
Socialismo y Comunismo
Éstos son los modelos de sociedad a que aspira la clase de los trabajadores, según el Materialismo Histórico, derivado del Materialismo Dialéctico. Socialismo y Comunismo serán el sustituto de las sociedades capitalistas. La sociedad socialista se define como:
Fase primera e inferior de la sociedad comunista. La base económica del Socialismo radica en la propiedad social sobre los medios de producción... (...). El socialismo surge como resultado del cambio revolucionario del régimen capitalista por el socialista. Se establece durante el periodo de transición del Capitalismo al Socialismo mediante las transformaciones socialistas en todas las esferas de la economía y de la cultura. El fin del Socialismo es dar satisfacción a las crecientes necesidades materiales y culturales de toda la sociedad y de cada uno de sus miembros sobre la base de desarrollar de manera incesante y planificada la economía nacional, de incrementar ininterrumpidamente la productividad del trabajo social.
La sociedad comunista se define como: Forma superior de organización de la sociedad humana; se basa en fuerzas productivas altamente desarrolladas. La primera fase de la sociedad comunista es el Socialismo. (...) es un régimen social sin clases, con una propiedad única de todo el pueblo sobre los medios de producción y una plena igualdad social de todos los miembros de la sociedad, en el que, junto con el desarrollo integral de los hombres, crecerán también las fuerzas productivas, sobre la base de una ciencia y una técnica en constante progreso; todas las fuentes de la riqueza social manarán a pleno raudal y se trocará en realidad el principio:
“De cada uno, según su capacidad, a cada uno, según sus necesidades”. El Comunismo es una sociedad altamente organizada de trabajadores libres y conscientes, en la que se establecerá la autogestión social; el trabajo en bien de la colectividad será para todos la primera exigencia vital, necesidad hecha conciencia, y la capacidad de cada individuo se aplicará con el mayor provecho para el pueblo.
En estos tipos de sociedad desaparecen la enajenación económica y la ideológica, y las relaciones de producción por la explotación. La verdadera Historia de la humanidad comienza.



PROBLEMAS FILOSÓFICOS CONTEMPORÁNEOS
OTREDAD E IDENTIDAD LATINOAMERICANA
La Filosofía se ha considerado como una creación de la cultura occidental, hecho que ha puesto en tela de juicio la autenticidad y originalidad de la Filosofía latinoamericana. Se presenta ahora el problema de lograr una auténtica Filosofía latinoamericana, una Filosofía no extranjerizante, que no venga de Occidente, de individuos ajenos a nuestro origen y cultura.
El filósofo Juan Bautista Alaberdi (1810-1884) fue uno de los primeros pensadores latinoamericanos que se ocuparon del problema de la Filosofía genuinamente americana. Ésta se dará si los latinoamericanos siguen la ruta trazada por los países más adelantados de la historia, como Francia, Inglaterra y Estados Unidos. Alberdi indica que de las filosofías occidentales sólo se deben tomar aspectos que convengan a nuestros problemas culturales, políticos y sociales.
En el siglo XX, el filósofo mexicano José Vasconcelos (1882-1959) partía de la idea de desarrollar una Filosofía auténtica, no nacionalista, que incorpore la temática de lo mexicano y lo americano al esquema de la Filosofía universal. Asimismo, tenemos diversos pensadores que se han preocupado por el problema de la autenticidad de la Filosofía latinoamericana, ente ellos están José Carlos Mariategi (peruano), Luis Villoro y Leopoldo Zea (mexicanos.) Para Leopoldo Zea la Filosofía es un compromiso para cambiar sus circunstancias, un instrumento para enfrentarse a cierta realidad social, política y cultural.
En su libro Filosofía latinoamericana como Filosofía sin más, Zea nos dice lo siguiente: El hombre de occidental, el europeo, ha tropezado con sucesos que le permitan hacer conciencia tanto de sus limitaciones de propia humanidad como de sus semejanzas con los hombres no occidentales.
Sucesos como la Segunda Guerra Mundial han permitido a los pueblos coloniales adelantarse a la gran lucha de liberación, y la seguirán Asía y África. Es necesario llevar a cabo la descolonización política por un lado y, por otro, la liberación económica y cultural.
La mirada del hombre occidental sólo está puesta en el mundo de las cosas, la utilidad, es lo único que interesa; pero se verá enfrentada por el otro polo, por el hombre no occidental. En su conquista, el occidental había marginado la calidad humana del latino, del africano, del no occidental y sólo encontraba en éste un objeto de uso, de exploración, que le permitía aumentar sus ganancias y su poder.
Como recordarás, las características del occidental y todas sus actitudes corresponden y ejemplifican al ser como individuo: se auto consideraba el hombre superior por excelencia, pero sus actitudes negaban lo que afirmaba y finalmente se convirtieron en enemigos del hombre.
Con el paso del tiempo el occidental tropezó con el hombre que gritaba por su liberación y exigía su humanidad; reclamando lo que es justo y, por tanto, la solución, la afirmación del ser, la integración del desgarramiento sufrido por el hombre mismo. Es sorprendente, sin embargo, concebir al mundo occidental formado por hombres a quienes se desconoce sin considerarlos como seres que sienten, piensan y tienen problemas como latinoamericanos.
El hombre se ha dado cuenta que al negar la humanidad a otros hombres, niega la propia. En su loca carrera de progreso, desarrollo y opulencia, la humanidad del hombre occidental se ha convertido en instrumento de toda enajenación.
Ahora los perseguidos por el racismo, los desempleados, los marginados por su origen cultural, reclaman una paridad que sólo son letra muerta. Al ver llegar de la miseria, el hombre poderoso y fuerte se encuentra a sí mismo como subordinado, débil, limitado por su creación. Tenemos así a la persona que lucha contra el individuo por derrotar a este mundo enajenante.
La Filosofía de los siglos XIX y XX no se conforma con saber que el hombre occidental es el ser por excelencia, sino que busca la forma para hacer que el hombre latinoamericano el asiático o el africano, sea reconocido como ser humano, como ser que participe de las libertades de todo hombre, que obtenga un mundo más justo. Para seguir construyendo una historia del hombre en Latinoamérica es necesaria la desajenación.

LOS PROBLEMAS AMERICANOS: LA FILOSOFÍA LATINOAMERICANA.
Los problemas del hombre latinoamericano son acontecimientos relacionados con su liberación, con su humanidad. La resistencia a la enajenación colonial ha ido imponiéndose ante la Filosofía occidental. Además le permite meditar sus limitaciones humanas, su autoenajenación, sus ambiciones y el producto de ésta misma. La problemática le viene de fuera, de la América colonizada, del África, del Asia; son temas que pertenecen no sólo a la Filosofía occidental, sino también a la Filosofía latinoamericana.
El filósofo Frantz Fanon expresa que el hombre latinoamericano debe alejarse del mundo europeo, desligarse de su autodestrucción y buscar su reafirmación como ser humano. Es necesario crear un mundo nuevo, lo que implica un pensamiento y un hombre nuevo. Realizar la liberación a base de construir, no de destruir. Para esto es importante eliminar los obstáculos que impidan la construcción, seguir metas propias.
También es importante tomar en cuenta que uno de los principales obstáculos para el desarrollo de la humanidad ha sido la imitación. Necesitamos ser conscientes de nuestra autenticidad cultural, reconocer la entidad histórica y socio-cultural de nuestro ser. Uno de nuestros problemas es la pauperidad, esto es, el crecimiento cada vez mayor de la pobreza, y una disminución de la educación, la economía, etc., que se resolverá hasta que el hombre no occidental se enfrente a las fuerzas que lo impidan. Posiblemente necesitamos una Filosofía sin simulación ni engaño, y gracias a la capacidad del hombre latinoamericano se podrá lograr la identificación de nuestra Filosofía.
En última instancia se hallará, dentro de las posibles soluciones, una revolución que destruya las trabas del crecimiento del hombre. Entonces tendremos una auténtica Filosofía que evite las fallas y trate con autenticidad de mantener la afirmación racial de nuestra humanidad ante un mundo occidental que recapacite y modifique su actitud al ver a la humanidad resurgir de sus problemas.
Se confrontaran dos mundos con expresiones diversas, uno afirmando su humanidad ante quienes lo ponen en duda; el otro, aceptando la existencia total de muchas otras expresiones de lo humano. El afán dela nueva Filosofía sería impedir que vuelva a surgir el sometimiento del nuevo hombre, fundada en una actitud filosófica preocupada por la acción eficaz por hacernos conscientes de nuestra condición de subordinados. Leopoldo Zea afirma: “Basta reflexionar sobre los temas americanos para hacer filosofía latinoamericana”.
La originalidad vendrá por añadidura. La autenticidad de la Filosofía latinoamericana vendrá de nuestra capacidad para enfrentarnos a los problemas que se nos planteen, y solucionarlos hasta sus raíces, tratando de dar a los mismos la solución más próxima a la posibilidad de realización del nuevo mundo, del nuevo hombre.                                                       

Los diversos tipos de relación con el (o con lo) otro pueden graduarse según una creciente reciprocidad y una mayor igualación de los sujetos relacionados.
En primer término, puede considerarse la relación con lo absolutamente otro: con el Dios, con la tempestad o con la fiera, con lo inhumano (también con lo prehumano o con aquello que por enfermedad o atroz transformación ha perdido la posibilidad efectiva de la humanidad), con el permanente asombro de la naturaleza. Es la relación con aquello que esta en otro plano del ser, con lo cual la igualdad no existe en modo alguno y la reciprocidad, cuando la hay, es misteriosa.
La forma de esta relación es la piedad y el ámbito simbólico/operativo en que se ejerce puede ser llamado genéricamente religión. En la piedad se dan los rasgos de la veneración, de la confianza y de la promesa; el hombre se extrae del orden de lo utilitario y se reconoce parentescos que le abruman, pero también secretamente le consuelan.

Un segundo plano de la relación con el otro establece ya el mutuo reconocimiento de las autoconciencias humanas, pero como necesariamente enfrentadas, los sujetos se retan a desafío implacable y es aquel que logra vencer  el apego natural a la vida y arrostrar sin bajar los ojos la mirada de la muerte el que se impone como amo a lo otro. La forma de este nivel de relación es, pues, la violencia y el ámbito simbólico/operativo en que se ejerce es lo que llamamos política. Se da aquí un reconocimiento de lo humano, pero se trata exclusivamente de un reconocimiento del otro, en el otro.
Reconocimiento del otro, es decir: de arriba abajo, reconocimiento de la sumisión del otro, de su derrota y de las posibilidades instrumentales de su bajeza como herramienta animada; de abajo a arriba, reconocimiento del valor del otro, de su fuerza y su dominio, de su derecho incontestable a ser obedecido y a imponer las normas. La violencia no es una relación específicamente humana, pues también puede ser contra los animales o contra otras fuerzas de la naturaleza, por lo que no hay nada de intrínsecamente humanizador en ella.
En este tercer plano de relación con el otro, el reconocimiento ya no se limita a discernir el rango jerárquico que el oponente ocupa en la escala social, ni le concede la infinitud autodeterminante del querer pero como abolida o suspendida por el temor natural a morir (o se las concede y se la niega juntamente a si mismo por las mismas razones). Se da aquí un reconocimiento en el otro y no solamente del otro, mediante el cual cada yo consta fuera de él y frente a si su propia autodeterminación y quiere ese ajeno querer como objeto infinito. No reconozco al otro como algo acotado, clasificado, dado de una vez por todas y apto solamente para determinados usos o servicios, sino como disponibilidad sin limites, como capacidad creadora que trasgrede y metamorfosea toda forma.                      

En resumen, mantener una relación ética con los otros es estar siempre dispuesto a concederles la palabra y a poner en palabras lo que exigimos de ellos, lo que les ofrecemos o lo que les reprochamos.



CUESTIONARIO.
BLOQUE TEMÁTICO II.
1¿Cuál es el nombre de uno de los primeros  pensadores latinoamericanos que se ocuparon del problema  de la Filosofía genuinamente americana? R=EL FILOSOFO JUAN BAUTISTA ALABERDI.
2 ¿Cuál es el nombre del filosofo que partía d la idea de desarrollar una filosofía autentica mexicana? R= JOSÉ VASCONCELOS.
3 ¿Se auto consideraba el hombre superior por excelencia? R= EL HOMBRE OCCIDENTAL.
4 ¿Qué es lo que se ha ido imponiendo a la filosofía occidental? R= LA RESISTENCIA A LA ENAJENACIÓN.
5 Se considera uno de los principales  obstáculos  para el desarrollo de la humanidad R= LA IMITACIÓN.
6 ¿Cuál es el nombre del filósofo francés que piensa  que el latinoamericano debe buscar su reafirmación como ser humano? R= FRANTZ FANON.
7 ¿Cuáles son las relaciones fundamentales en el marxismo? R= LAS MATERIALES DE PRODUCCIÓN DE BIENES DE SUBSISTENCIA.
8 ¿Cuáles son las  dos clases sociales del materialismo histórico? R= PROLETARIADO Y BURGUSIA.


9 ¿Quienes son el ejército industrial de reserva? R=LOS DESEMPLEADOS Y TODOS AQUELLOS QUE NO ESTAN INCORPORADOS ACTIVAMENTE A LAS RELACIONES DE PRODUCCIÓN.
10 ¿Cuál es el significado de la palabra alineación? R=ENAJENAR, CEDER A OTRO.
11 ¿Cuáles  son los dos sentidos en la que los asalariados son alienados? R= EN EL IDEOLÓGICO Y EL ECONÓMICO.

12¿Cuál es el resultado de la alineación o enajenación? R= LA DESHUMANIZACIÓN DE LA PERSONA HUMANA.
13 ¿Cuál es son los dos modelos de sociedad del materialismo histórico? R= EL SOCIALISMO Y EL COMUNISMO.
14 ¿Cuál es el modelo que es caracteriza por ser altamente organizado y con trabajadores libres? R= EL COMUNISMO.
15 ¿Cuál es el objeto de estudio del existencialismo? R= EL SER HUMANO.
16 ¿En  qué año el termino existencialismo empezó a ser aplicado? R= EN 1930.
17¿Cuál es el tema central de los filósofos existencialistas? R= LA LIBERTAD HUMANA.
18 ¿Qué busca  demostrar el existencialismo? R= Qué los hombres son libres,
19¿Cuales son las tres etapas de existencia humana, según  kierkegaard? R= LA ESTÉTICA, LA ÉTICA Y LA DE FE.
20¿Cuál es el tema principal de la filosofía de Sartre? R= EL SER HUMANO.







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